OLIVA COMO GOBERNADOR

Juan Manuel Oliva comenzó su gestión de manera diferente a los demás: ya no había tiempo para él ni para el PAN de experimentar. Llevaban siendo Gobierno Estatal poco más de 13 años. Además, las miradas estaban puestas sobre él, tanto de sus compañeros como de sus contrincantes partidistas, y fue Guanajuato uno de los pocos bastiones que logró conservar el PAN en el 2006 casi en su totalidad. Oliva tenía la mesa puesta para tener por lo menos tres años de gobierno tranquilos: tenía mayoría de diputados de su partido en la Legislatura Local; la mayoría de los presidentes municipales en el Estado eran panistas, y el apoyo irrestricto tanto del ex presidente Vicente Fox como del recién nombrado Felipe Calderón Hinojosa.

Un error fue no haber aprovechado esa mayoría en el Congreso del Estado y el apoyo del presidente de la República, para planear y realizar grandes obras que se podrían haber proyectado hacia el futuro y hubieran colocado a Juan Manuel Oliva en la historia como el mejor gobernador de Guanajuato.

Otro error fue el haberse enfrentado, en el 2007, con dos de los medios de comunicación con mayor presencia en el Estado: el periódico a.m. y el periódico Correo. Tan fuerte fue su lucha contra los dos que recibió una recomendación por parte de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos para que su secretario de Gobernación estatal, Gerardo Mosqueda Martínez, ofreciera una disculpa pública por pretender atentar contra la libertad de expresión contra ambos medios, a los que se consideraba como ‘incómodos’. Diversos analistas se preguntaban “¿qué le sucede, si él mismo era periodista? Debería entender que no siempre se deja contento a la prensa”.

Desde el año 2007, diputados de oposición han criticado los constantes viajes de Juan Manuel Oliva hacia el extranjero. El objetivo de los mismos: atraer inversiones hacia el Estado de Guanajuato. En algunos casos ha habido opacidad de rendición de cuentas; por ejemplo, cuando se le cuestionó el monto total del viaje a China efectuado por él y un grupo de políticos y empresarios guanajuatenses. La primera versión decía que fue pagado por dinero de cada uno de los viajeros; es decir, los políticos pagaban de la partida presupuestal para viajes y los empresarios de su dinero. Pero a la hora de rendir su Informe de Gobierno, Juan Manuel Oliva dejaba entrever que como parte del apoyo a los industriales del calzado guanajuatense, el Gobierno Estatal había echado mano de recursos públicos para posicionar el mercado guanajuatense en el mercado oriental.

Sin embargo, hay dos cosas importantes que hasta el momento están marcando al mandato de Juan Manuel Oliva, no tanto por los beneficios que acarrearía, sino por los errores en su ejecución y, sobre todo, una mal planeación: el intento por establecer la nueva refinería de Pemex en la ciudad de Salamanca y el Parque Bicentenario.

EN EL CASO DE LA REFINERÍA

Juan Manuel Oliva inscribió a su Estado para concursar para ver qué entidad se quedaba con la nueva refinería que había prometido construir el presidente Felipe Calderón. Muchos vieron esta jugada como meramente electorera, pues Oliva Ramírez tendría los reflectores para sí. Fue y se entrevistó en el edificio de la Secretaría de Gobernación Federal, y su Estado fue incluido dentro del grupo dos, integrado por Veracruz, Tabasco, Tlaxcala, Puebla y Oaxaca. El Estado de Guanajuato fue escalando peldaños y fue eliminando ‘rivales’ de la competencia hasta quedar solamente con el Estado de Hidalgo, a quien ya de antemano le habían ofrecido que construiría la nueva refinería, pero por malos manejos y traspapeles, el Estado de Hidalgo no cumplía en los tiempos establecidos con los requisitos. Rápidamente, Juan Manuel Oliva movió sus fichas en el tablero político: debería tener más de 700 hectáreas para tener certeza jurídica para poder recibir el proyecto, que tendría una inversión de más 10 mil millones de dólares.

El Gobierno Estatal comenzó una rápida compra de predios para poder tener los que Pemex requería para otorgarles el proyecto. Hidalgo había sido el ganador del proyecto, pero no cumplía con tener todos los contratos en el periodo de 100 días que le habían establecido. Se estableció una prórroga, misma que el gobierno de Guanajuato aprovechó para mover sus piezas en el tablero político: compró y compró predios para poder tener las 700 hectáreas que eran requeridas para instalar la refinería, magna obra del sexenio de Felipe Calderón. En un cierre de nervio puro, como si de una carrera olímpica se tratara, el Estado de Hidalgo obtuvo ‘al cuarto para las 12’, la nueva refinería al juntar las hectáreas que le eran solicitadas. El gobierno de Guanajuato se quedó en la orilla de la competencia. Ni modo, para la otra.

No obstante el esfuerzo ofrecido por el gobierno encabezado por Juan Manuel Oliva para traer esa fuente de trabajo al Estado, la pregunta ahora era ¿qué va a pasar con esos predios ya comprados? ¿Qué habrá de construirse ahí? Dichas interrogantes siguen en el aire. Los ex propietarios de las tierras no tienen ahora predios para trabajar, y el gobierno de Juan Manuel Oliva tiene tierras, exceso de tierras, pero no tiene proyectos para construir.

EL PARQUE BICENTENARIO

El otro proyecto es el flamante Parque Bicentenario, una exposición temática con motivo de los 200 años de la Independencia de México. Con una inversión de más de 730 millones de pesos, el Parque Bicentenario espera recibir a más de 12 millones de personas en sus más de 80 hectáreas de superficie, e incluiría pabellones de la Independencia y de la Revolución, una macroplaza, un pabellón de Iberoamérica, un auditorio, un foro académico y uno ciudadano, plazas del Estado y sus Regiones, un parque con juegos mecánicos y áreas verdes, así como una réplica de la Iglesia de Dolores. Y la pregunta siguiente para Oliva es y cuando pase el ‘boom’ por los festejos bicentenarios, ¿qué? ¿También estará funcionando?

Y finalmente el error más reciente es la compra de una estatua en 39 millones de pesos. El gobernador asegura que fue decisión de Juan Manuel Muñoz Márquez, presidente del Patronato del Parque Bicentenario.

OLIVA ‘SUPERSTAR

A sus críticos los llaman puristas y a sus defensores populistas y hasta nacos.

Las decisiones del Gobierno del Estado de Guanajuato, de traer a la capital del mismo eventos como finales de shows como ‘La Academia’ y que utilicen recintos como el Teatro Juárez, por ejemplo, es uno de los temas donde Juan Manuel Oliva ha tenido mayores críticos y aquí sí, no sólo de la clase política.

“De Tania Libertad a Niurka Marcos; de Mozart a Yahír, el de ‘La Academia’; del ballet ruso a la gran final de ‘La Academia’. En un desplegado publicado en un periódico de circulación estatal se manifestaba el rechazo a que el Teatro Juárez fuera utilizado para espectáculos mediáticos sin contenido artístico y cultural.

Juan Manuel Oliva disfruta lo mismo yendo a entregar un reconocimiento a La Academia a nombre del Gobierno Estatal, que a dar el ‘pizarrazo’ inicial para grabar una telenovela de TV Azteca, su principal aliado en imagen televisiva, en el mismo suelo donde ha de celebrarse el Festival Internacional Cervantino.

Sobre los recursos utilizados para que esos eventos se lleven a cabo en suelo guanajuatense, no han sido revelados en su totalidad. Apenas sí se atinó a decir que “el costo total de la campaña de promoción del Estado de Guanajuato se dará a conocer hasta el año 2013. Por lo pronto, Juan Manuel Oliva se codea con Yahír y con Litzy, protagonistas de la nueva novela de la televisora del Ajusco, en donde lo invitaron a participar en una grabación como parte de la campaña ‘Limpiemos México’. El PAN, su partido, ha mostrado entera disposición de que dicha campaña se siga llevando a cabo, pues se busca “trabajar por los liderazgos del PAN (…) guste o no”, dijo Fernando Torres Graciano, dirigente estatal del PAN.

SOBRE EL FUTURO DE OLIVA

Desde entonces van cuatro años ya de su gobierno y ha habido reacciones disímbolas, como suele suceder con cualquier gobernante: habrá a quienes les parezca buena labor y a otros lo contrario. Lo curioso es que hay gobernadores que ya lo postulan como el sucesor de Felipe Calderón en el 2012. Por ejemplo, el gobernador del Estado de Jalisco, Emilio González Márquez, declaró que Juan Manuel Oliva era mejor que él: “yo ratifico lo que dice Germán (Martínez, ex presidente del PAN, que dijo que iba a ‘guanajuatizar’ el país): Oliva es el mejor gobernador que tiene algún Estado en el país, los resultados lo dicen”. Y asestó: “Oliva es el número uno y después sigo yo”.

Otra muestra es que los candidatos del PAN a los gobiernos de Puebla y Aguascalientes, ven como un ejemplo a seguir al gobernador Juan Manuel Oliva Ramírez. El candidato poblano, Rafael Moreno Valle, dijo que “Juan Manuel Oliva es, sin duda, uno de los gobernadores panistas más exitosos, de los gobiernos más importantes que tenemos, sus experiencias de gobierno son un orgullo para los panistas del país”. Incluso, se mencionó que Juan Manuel Oliva podría asesorarlos en su campaña y, de ganar, en su gobierno.

Apenas el domingo 17 de abril, en la integración de Asociación Civil Red de Guanajuato con el Gobierno de Guanajuato en el domo de la feria de la ciudad de León, Guanajuato, más de 5 mil panistas gritaban al unísono:

“¡Se ve, se siente, Oliva presidente!” Se podían leer pancartas con la leyenda de “Oliva, contigo vamos… a la grande”. Y por su parte, Juan Manuel Oliva hace lo suyo: ha entrado al debate al hacer uso de la mayéutica (responder a una pregunta con otra pregunta):

-¿Qué opina que Enrique Peña Nieto lidera las encuestas de popularidad y es el gobernador más conocido del país?, Le cuestionó un reportero.

-¿Quién es Peña Nieto, amigo?, Respondió.

Habrá que esperar si en las ilusiones de Juan Manuel Oliva está la de ser presidente de la República. De estar, hará lo posible por seguir el consejo de su madre doña Guadalupe Ramírez: “Si es tu ilusión, cúmplela”.